La industria conservera de pescado española ha dado lugar a un importante sector en continua expansión. Respecto a su consumo, las cifras hablan por sí solas. Los últimos estudios nos muestran que los españoles ingerimos hasta 210 millones de kilos anuales. Esta cantidad se reparte entre los hogares, la restauración, colegios, etc. Una cantidad muy importante que evoluciona favorablemente.
Tradicionalmente, Galicia es la Comunidad autónoma con mayor volumen productivo, con un 85,5% del total. Andalucía, Cantabria y País Vasco también tienen una industria importante. El sector español de las conservas y semiconservas es especialmente meticuloso en el cuidado del medio ambiente. Pero, además, las latas de conservas, por su fabricación y elaboración, tienen beneficios tangibles para la seguridad ambiental.
Las conservas ya no son sólo “de estar por casa”, sino que, con sus gamas de lujo o “gourmet”, se han convertido en alimentos de alta gama. Así, ofrecen al consumidor infinitas posibilidades que, sin duda, merecen la pena descubrir. En forma de pulpo, angulas, almejas, anchoas, las clásicas sardinas o incluso de bacalao.