El primero, que el bacalao esté siempre seco antes de cocinarlo para que absorba bien el agua y no se nos deshaga, y si es frito, para que no nos salte el aceite. También estaremos atentos para no sobrecocerlo.
Tendremos en cuenta el tipo de elaboración ya que el punto o de sal varía. Si cocinas bacalao frito o a la brasa sube más que si lo haces confitado o hervido.
Los expertos también aconsejan el cocinado a baja temperatura porque se conserva muy bien su sabor y sustancia.
En cuanto a conservación, si compramos el bacalao desalado podemos congelarlo sin ningún problema. Si lo compramos para consumir de inmediato, en la nevera nos aguantará dos o tres días. Si el bacalao está curado y todavía sin desalar, puede aguantar un año.
Fuente y fotografía: La Vanguerdia y El Confidencial