¿Recordáis el documental “Arte al agua. Los bacaladeros de Terranova”?. Hoy, queremos remontarnos un poco más atrás y contaros la historia de los bacaladeros de Terranova: secreto del S.XVI.
La industria del bacalao y su transporte estaba localizada en aguas noruegas, islandesas, danesas y en el Mar del Norte hasta llegar a Groenlandia.
Los vascos-gallegos habían sido los primeros en comerciar con estas especies y, hasta el S.XVI, fueron capaces de mantener en secreto el lugar de sus bancos de pesca. Como era de esperar y dados los beneficios que reportaba este tipo de capturas, no tardaron en descubrirlos.
Los pescadores ingleses y bretones, quienes desarrollaban su actividad en aguas islandesas, se percataron de que estos extendían su área de captura dirigiéndose hacia el norte, regresando de sus travesías con los navíos llenos de bacalao.
Fue entonces cuando Giovanni Caboto zarpó de Bristol en 1497, en la procura del secreto mejor guardado por vascos e irlandeses. Descubrió entonces, en un mar abundante, una tierra rocosa perfecta para la salazón del bacalao y su secado.
Este lugar fue bautizado como Terranova.
Al igual que los vascos-gallegos e irlandeses, Caboto no supo reclamar aquel paraíso rico de pesca y en 1534, el francés Jacques Cartier hace público el descubrimiento de las tierras de la desembocadura de San Lorenzo y reclama todo aquel territorio para la corona de Francia.
Fotografía de portada: Adiante Galicia