Todo el mundo sabe que el pescado es un manjar, que además de aportarnos sabor, ofrece muchos beneficios nutricionales, pero quien se lleva la palma es el bacalao. Este es más nutritivo que otros pescados, que la carne vacuna, o el pollo. Además tiene menos de un 3% de grasa y está constituido principalmente de ácidos grasos poliinsaturados omega 3.
El bacalao destaca por ser una excelente fuente de vitamina D, selenio y omega 3, unos nutrientes muy importantes y que no siempre son fáciles de encontrar en otros alimentos de forma natural. Por ejemplo, el selenio es imprescindible para la integridad de las células, pues participa en su protección frente a los agentes que puedan oxidarlas y, por lo tanto, destruirla. Este mineral no abunda en muchos alimentos, pero, en cambio, tan sólo 200 gramos de bacalao cubren del 60 al 70 por ciento de la cantidad diaria recomendada de selenio.
El Gremio de Bacallaners de Catalunya define el bacalao como un pescado blanco con unos valores nutritivos excepcionales, con un contenido calórico bajo y, en cambio, una elevada cantidad de proteínas de alto valor biológico.
Aunque sea un pescado magro, la poca grasa que tiene está constituida por ácidos grasos omega 3 y, con una ración de 200 gramos, conseguimos el 80 por ciento de la cantidad diaria que necesitamos. Estas grasas han tenido mucha publicidad por su papel en la protección del corazón y sistema cardiovascular y, de hecho, se han incorporado a algunos alimentos.
En dietas deportivas o para los niños en edad de crecimiento el bacalao es un alimento recomendado, debido a su alto contenido de proteínas. Entorno al 17-20% de su composición son proteínas de un alto valor biológico, es decir, son fácilmente asimilables por el organismo y destacan por su pureza y calidad. Es uno de los pescados que más cantidad de proteínas contiene junto al atún, aunque el bacalao tiene un menor contenido graso, concretamente menos del 1%.
El bacalao salado tiene un contenido en sodio mucho más alto que el fresco, por lo que, en casos de hipertensión arterial o de dietas bajas en sal, se recomienda desalar al máximo.