Ingredientes
Bacalao desalado (300 gr) · Espinacas frescas (250 gr) · Cebollas medianas (2 ud.) · Dientes de ajo (4 ud.) · Huevo (1 ud.) · Rebanada de pan (1 ud.) · Pimentón de la vera agridulce (1 ctda.) · Laurel (1 hoja) · Aceite de oliva virgen extra · Sal
Preparación
1. En una olla rápida echamos un litro de agua, 2 dientes de ajo pelados, la hoja de laurel y los garbanzos ya remojados. Cerramos, ponemos a fuego alto y cuando comience a salir vapor, bajamos a fuego bajo y cocinamos 15 minutos.
2. Picamos el ajo y las cebollas en juliana. En una sartén amplia vertemos aceite de oliva virgen extra y freímos el ajo a fuego medio. En cuanto coja un tono dorado, retiramos el diente de ajo entero. Añadimos la cebolla y seguimos sofriendo. Salamos al gusto.
3. Cuando esté pochada, apagamos el fuego y dejamos atemperar un poco de aceite. Añadimos una cucharada de postre de pimentón de la Vera y removemos bien para que se integre perfectamente con el sofrito. Reservamos.
4. Cocemos el huevo. Pasado el tiempo de cocción de los garbanzos, dejamos que se libere todo el vapor de la olla antes de abrir. Pasamos el caldo colado a otra cazuela junto a los garbanzos (que no vaya el ajo ni el laurel). Ponemos esta cazuela a fuego medio y vertemos el sofrito. Echamos las espinacas. Desmigamos el bacalao y añadimos a la cazuela.
5. En una sartén con un poquito de aceite de oliva, freímos la rebanada de pan. Vuelta y vuelta hasta que esté dorada y crujiente. En un mortero echamos el pan frito desmenuzado y el diente de ajo que teníamos reservado. Machacamos y hacemos un majado.
6. Pasados 5 minutos desde que echamos el bacalao, añadimos el majado anterior. Pelamos el huevo cocido, cortamos en pequeños trozos y lo añadimos a la cazuela justo antes de servir a la mesa.