Llega la una de las épocas doradas para el bacalao, la navidad. Su intenso sabor y cualidades lo hacen sin duda uno de los platos estrella de esta temporada.
Seguro que alguno de vosotros os lo encontraréis a la mesa en alguna cena o comida familiar, por eso, y teniendo en cuenta la noticia que corre últimamente acerca de los numerosos engaños a los que estamos siendo y hemos sido sometidos, queremos proporcionaros las claves para que nunca más os den “gato por liebre”.
Lo más recomendable es ver el pescado entero. La piel del pescado falso es rugosa, sin escamas y no cuenta con una línea blanca dorsal/nerviosa.
Lo más probable es que encontremos al pescado cortado en filetes o desmenuzado. Para identificarlo de esta manera se debe tocar el pescado, si se deshace fácilmente al tocarlo y tiene un color blanco brilloso es auténtico.
El pescado que no es bacalao es más seco, no se deshace con facilidad al tocarlo, su fibra es más gruesa y tiene un color blanco mate.
Compra el pescado en un lugar certificado y pide ver el trozo de pescado completo, y que allí mismo te lo corten en filetes con o sin piel.
Fotografía: Ricard Gabarrús
Fuente: fodservicesyequipo.com